7 formas de dejar de compararte con otras mamás
Las comparaciones son odiosas, eso todas lo sabemos, pero no por eso dejamos de hacerlo. En algún momento, lo haremos, lo hemos hecho o lo seguiremos haciendo, es humano comparar y está bien reconocerlo. El punto es que en la maternidad, no es un ejercicio sano de hacer; porque cuando nos comparamos con otras mamás, lo único que conseguiremos siempre es sentirnos con una culpa horrible o bien, si nos comparamos en superioridad, tampoco estamos actuando bien, y lo sabemos, vaya que lo sabemos.
Por eso, lo mejor es dejar de compararse y para eso, acá 7 formas de comenzar según un artículo publicado originalmente en el blog The Sunday Chapter y que apliqué especialmente para mamás:
1. Aprender a aceptarse. “Acepta lo que no puedes cambiar, y cambia lo que puedes”. Compararse con otras madres es un tremendo error, no lleva a avanzar, y crea en una inseguridades que quizás antes no se tenían. La autoconfianza comienza con aceptarse a si misma y saber cuánto se vale y que lo que se hace, se hace bien.
2. Focalízate en tus fortalezas. “Concéntrate en enfatizar tus fortalezas en vez de arreglar tus debilidades”. Ser fuerte y mostrar que lo eres no significa tampoco dejar de lado tus habilidades, pero generalmente, cuando nos comparamos, lo hacemos desde el lado de la debilidad, de lo que carecemos, y eso no es sano porque nos comparamos con la fortaleza del otro. En cambio, si nos enfocamos siempre en lo bueno que tenemos, en lo que nos hace fuertes, lo débil que podemos tener pasará a segundo plano y se puede ir trabajando pero sin la necesidad de sentirnos mal por eso.
3. Siéntete segura de ser imperfecta. Todos tenemos fallas, la imperfección es normal, lo perfecto en cambio no lo es, porque no existe. Por lo mismo, quien te dé lecciones de perfección o esté permanentemente intentando ser perfecta, solo revela grandes inseguridades y honestamente, vas a querer ser amiga con esa persona o bien siquiera tenerla cerca? Lo más probable es que no, porque al mismo tiempo, estará permanentemente tratando de ser perfecta por sobre ti y tú no eres el espejo de nadie.
4. Compite solo contigo misma. No compares tu vida, lo que has hecho, con la vida de los otros. Aunque suene cliché, trata de compararte solo con la persona que fuiste ayer, solo a esa persona debes superar, a motivar a que siga avanzando en su viaje, a ser mejor persona, a ser mejor mamá, mejor profesional, etc. Aunque cueste también, no te compares con quien crees que lo está haciendo mejor, porque eso está más en tu mente que en la realidad.
5. Ser agradecida es una virtud. Sentir gratitud es uno de los grandes aprendizajes de la vida, y al mismo tiempo, es una forma de tener paz, porque nos centra en lo que es realmente importante y cuando nos comparamos con otras mamás, dejamos de ser agradecidas, porque estamos esperando ser y tener algo o tener más y eso es un mal círculo que no lleva a nada.
“When you realize there is nothing lacking, the whole world belongs to you.” – Lao Tzu
6. Reconoce que todos somos diferentes. No tengas miedo de ser diferente, ten miedo de ser igual a todos los demás”. Somos únicas, no hay una mamá igual a otra. Celebra lo que te hace diferente, porque eso es lo que también te hace ser una mejor mamá.
7. Rodéate de gente que te ayude a ser una mejor mamá. Porque es necesario y justo, tanto para ti como para tu hijo o hijos ir reduciendo el círculo con personas que realmente saquen lo mejor de ti.
“Surround yourself with the dreamers and the doers, the believers and thinkers, but most of all, surround yourself with those who see the greatness within you, even when you don’t see it yourself.” – Edmund Lee