7 situaciones que secretamente odias como mamá (pero que no le cuentas a nadie)

Pueden ser muchas otras más, de eso no cabe duda porque la maternidad tiene muchas aristas, tantas como nuestros diferentes procesos que vivimos siendo ahora mamás. Y aunque la gran mayoría son buenos momentos, algunos no lo son tanto, pero aún así, no los comentamos abiertamente. Acá un pequeño listado:

1. Que te “roben” el nombre. Meses pensando en que nombre le pondrás a tu hijo, buscando que sea un nombre con sentido, que le dé una personalidad y que ojalá tenga una historia que contar para que después de un tiempo, te des cuenta en tus redes sociales que resulta que hay como 10 niños más con el mismo nombre de tu hijo, al que al parecer lo han homenajeado copiándole el nombre. Consejo entonces, no revelar el nombre nunca.

2. Que cuentes algo que para ti no es fácil de la crianza y otra mamá te diga “a mi nunca me ha pasado eso” o “no me pasa porque yo no lo dejo”. Esta es una de las peores formas de sentir que eres la peor madre del mundo, así, sin filtro alguno. Estar sobrepasada es totalmente normal y sano en la maternidad, entonces que te atrevas y lo cuentes a otras mamás para recibir de vuelta una forma de juicio que sugiere que algo no estás haciendo bien, definitivamente no ayuda a superar tu frustración de crianza.

3. Que te den una “sugerencia” cuando en verdad es una crítica o juicio. He aquí uno de los deportes favoritos de muchas personas, incluso entre mamás lo hacemos; criticar, enjuiciar o derechamente condenar la forma en la que crías bajo el eufemismo de que “en verdad es un consejito, no es para que te enojes”.

4. Que te hagan sentir “egoísta” por querer volver a hacer cosas por ti y para ti. Ser madre viene con la culpa impresa y es ese mismo sentimiento el que nos tratarán de hacer sentir en muchas ocasiones, especialmente cuando tus hijos son chicos y lo que se espera socialmente es que gires exclusivamente en torno a ellos.

5. Que todos tengan una opinión sobre la forma en que lo alimentas. Esto pasa desde que tu hijo nace, donde la forma en que lo alimentas al parecer se transforma casi en un asunto de estado. Y no, no para luego del período de lactancia, se extiende por muchos años más, como si tú no supieras dar el mejor alimento a tu retoño. Muy, muy molesto.

Bonus:

6. Sentirte presionada todo el tiempo a cumplir con distintos roles propios de la maternidad.

7. Cuando otra mamá te dice que ella “no se complica con nada respecto a su maternidad”.

Este artículo fue publicado originalmente en la sección de Tendencias x Nosotras donde soy columnista en el diario Hoy x Hoy.

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