Por: - Enero 11th, 2018 - 1 Comentario »

El cerebro de un niño pequeño: ¿Cómo piensa y actúa? La ciencia responde

Siempre que veo a mis hijos, que están en dos etapas muy diferentes de su desarrollo, pienso en qué pasará dentro de sus pequeñas cabecitas, en qué estarán pensando, cómo me verán a mi, cómo son capaces de aprender o resolver un problema. En fin, sé que no soy la única mamá que debe hacerse las mismas preguntas y por lo mismo, acá les entrego algunos interesantes datos que recoge el sitio Fatherly sobre cómo es que piensan y actúan los niños pequeños entre 1 a años, según su cerebro va desarrollándose.

1.El cerebro de un niño pequeño: un mundo fascinante

El doctor Dean Burnett, neuroscientista y autor del libro “Idiot Brain”, define los primeros años del cerebro de un ser humano como “fascinante, porque todas las conexiones que se necesitan para el cerebro adulto se forman durante los primeros años de vida de un niño”.

2. El cerebro de un niño es como Dory de “Buscando a Nemo”

Los adultos tenemos modelos mentales basados en la experiencia y la memoria de cómo las cosas debieran funcionar, los niños pequeños no. Para los bebés y niños todo es nuevo y emocionante, pero no tienen una base de experiencia en cómo juzgar las cosas”, señala el Dr. Burnett. Al mismo tiempo, indica que los niños menores de 7 años, están básicamente programados para no guardar demasiados recuerdos, su memoria se desocupa bastante rápido.

2. Repetición v/s Comprensión una y otra vez

El cerebro de un niño no crece de la misma manera que el resto de su cuerpo, un niño puede aprender a gatear por repetición, pero eso no significa que va a comprender por qué tiene que ponerse zapatos después. Lo que entienden los niños es que si algo es diferente al día siguiente, los pondrá de mal genio porque no todas las conexiones están formadas y cuando sus expectativas no se cumplen, generalmente pierden el control. “No saben cómo reaccionar y eso los estresa, por lo que si un día les diste un vaso amarillo, al otro día ya no lo quieren y sí les das el vaso verde, arderá troya”, asegura el Dr. Burnett.

3. Sus cerebritos trabajan el doble del nuestro

“Hay muchas más conexiones en el cerebro de un niño que en el cerebro de un adulto” dice el Dr.Burnett, quien además agrega que “no es hasta la adolescencia que el proceso de “poda” comienza, el que es necesario para que el cerebro comience a perder memoria para así ser más eficiente”. Así es que sí, nuestros hijos pequeñitos están procesando muchísima información y eso es increíble, por lo que hay que tenerles paciencia, así como también a los adolescentes, porque por algo duermen todo el día, están haciendo “podas” para mejorar el cerebro, obvio.

4. El cerebro infantil es el que les dice “o todo o nada”

Existe, para sorpresa de los padres, un sistema en el cerebro infantil que activa un “todo o nada” en los niños frente a situaciones estresantes, lo que responde también a una conducta ancestral frente a los peligros, pero el cerebro de un niño aún no sabe reconocer todos los miedos, entonces muchas veces va a pasar que frente a una nueva situación reaccionen de la peor manera, solo porque no conocen a qué se están enfrentando.

5. Los cerebritos van evolucionando, así como también los gritos

Probablemente, al igual que yo, tienes a un niño pequeño en casa que reacciona en extremo frente a prácticamente cualquier cosa. Esto es absolutamente esperado, ya que es una forma de “auto preservación, lo que desde un punto de vista de la evolución, les ayuda a sobrevivir, porque al llamar la atención, consiguen ser atendidos”.

6. El cerebro infantil no percibe los alimentos de la misma manera que tú

Todos queremos enseñarles a nuestros niños a que, ojalá, coman toda la comida que les servimos, pero existe una razón cerebral del por qué ellos rechazan los alimentos y esto es que porque los niños tienen distintas sensaciones respecto a la comida que nosotros, los adultos. Entonces pasa que algo con azúcar será mucho más placentero de consumir porque además les dará energía, que un brócoli con un sabor fuerte y de textura extraña. Al final, es solo sobrevivencia dice el Dr. Burnett, “prefieren algo fácil de tragar y que les asegure que estarán activos”.

7. Sí, el pasado de pataletas y rabietas volverá

Si pensabas que un niño que va saliendo de la etapa “toddler” será un ser humano maduro y que hará todo bien, pues no,  esto no sucederá. La razón es porque mientras los cerebros infantiles están formando recuerdos en la memoria permanente, el comportamiento de un niño muchas veces se vuelve más difícil de manejar. “A los 5 años, los niños tienen una base de entendimiento muy fuerte, ellos perciben ahora muy bien su entorno y eso hace que a menudo, los llantos y pataletas vuelvan, ya que ahora intuyen cómo es que debieran ser las cosas”, asegura Burnett.

Así es que si las pataletas han vuelto, y lo más probable es que sea así, es porque a los 5 años, el niño ya no se distrae con otra cosa y las olvida, como cuando tenía dos años. No, a los cinco, puede ser un verdadero desastre de proporciones un enojo o que les pidas cosas que no quieren hacer, como por ejemplo, portarse bien.

8. No es culpa de él, es culpa de su cerebro

La cabeza de un niño pequeño es un lugar complejo, pero también lo es un cerebro adulto, que ya hemos aprendido más o menos a operar, entonces hay que reconocer que nuestros pequeños hijos no tienen la culpa de ese cerebrito que muchas veces no nos deja dormir, nos hace querer salir corriendo y nos agota la paciencia. No, para eso no fue diseñado el cerebro de un niño pequeño, no están para hacernos la vida más difícil, concluye el Dr. Burnett.