“Elegir todos los días quererte y querernos”, lo más importante de hacer por nuestros hijos
Con mi marido, del cual no hablo mucho en el blog o en sus redes sociales, nos conocimos hace 15 años, nos ubicábamos de antes porque estudiábamos en el mismo colegio y teníamos el mismo grupo de amigos pero nunca hablamos. Eso hasta el día de su cumpleaños número 20, recuerdo que me fue a buscar a la casa de mi papá en Puerto Varas junto a otros amigos y salimos, no es muy glamoroso de contar que fuimos todos a un mirador pero buee…eramos jóvenes y aventureros.
Ese mismo día él me eligió como su compañera de vida y con un descaro total ¡me lo dijo! Llevábamos media hora conversando y él ya se estaba casando conmigo. Su desparpajo y seguridad absoluta me anduvo gustando pero nunca tanto como para salir con este flaco de pelo largo y jeans rotos. Sin embargo, para este hombre la decisión estaba tomada y así comenzó a ir a mi casa a verme, todos los días, “hola tía” le decía a mi mamá y pasaba a tomar once y así fue también ganándose a mi familia.
Pasaron los años y no me di ni cuenta, un día estábamos ya en Santiago, terminando la Universidad y comenzando a trabajar. Otro tiempo más y estábamos, con 8 años de pololeo, casándonos y en un par de momentos más nos convertimos en padres.
Y fue ahí cuando nos volvimos a enamorar, y fue ahí donde comenzamos a elegirnos.
Lo conozco ya 15 años, el mismo tiempo que llevamos siendo pareja y hemos ido pasando juntos muchas etapas de la vida, yendo de adolescentes a adultos en no sé qué minuto, y no pensando demasiado en esto de elegirnos y trabajar por esa elección. El amor hasta ese entonces solo fluyó. Hoy, siendo padres, nos hemos vuelto a descubrir y nos volvimos a enamorar. Y el amor hoy es más de preocupación por el otro, de apoyo hacia el otro. Él siempre está pendiente de mis proyectos y de que yo esté tranquila, mientras yo estoy pendiente de contarle siempre alguna historia divertida o hacer más divertida cualquier historia, porque busco hacerlo reír, porque me encanta verlo sonreír.
Pero por sobre todo, amo a este hombre que se convirtió en el padre de mis hijos y lo que ser padre produjo en él, amo como los cuida, como se ha transformado con ellos y cómo les enseña en todo momento a ser felices.
Ciertamente no es la misma persona que conocí hace 15 años y me emociona pensar en todo este tiempo que llevamos juntos y en cómo hemos crecido, y que hoy, celebrando nuestro quinto aniversario de matrimonio, me siga eligiendo con firmeza como su compañera de vida y yo lo siga eligiendo a él también, todos los días, en las buenas y en las malas, en esas noches eternas cuando los niños no dormían, cuando lloraban y no sabíamos por qué y nuestras manos inexpertas lo hacían todo mal, en mis embarazos donde ni yo me soportaba, en todos esos períodos cuando nos ha tocado difícil ya sea con los niños o cuando nos ha tocado difícil con la vida…en todo, amo que me siga eligiendo y yo amo seguir eligiéndolo a él, porque en estar juntos, ser pareja y elegirnos, sabemos que por consecuencia, construimos hoy también la felicidad de nuestros hijos.