Por: - Noviembre 18th, 2013 - 3 Comentarios »

Eligiendo al ginecólogo correcto

Si creciste gran parte de tu vida en otra ciudad, como en mi caso que crecí en el sur de Chile, armar toda tu existencia en otra parte implica desde cosas muy simples hasta muy complejas como lo es armarte de un equipo de confianza en temas de salud, lo que obviamente en el caso de un embarazo es encontrar al ginecólogo correcto.

Decirlo parece sencillo, concretarlo es lo casi titánico. En mi situación, antes de querer quedar embarazada fuimos con mi marido al doctor que en un par de ocasiones, unos 3 años seguidos, me había estado controlando el tema de las reglas algo irregulares. Por lo mismo, cuando tomamos la decisión de empezar a “ver” si es que encargábamos un retoño, me pareció lógico ir con él.

Luego de exámenes de rutina, el doctor, que atiende en la clínica Alemana de Santiago, nos dijo que estaba impecable, me dio ácido fólico y nos dijo que “partiéramos no más a buscar a la guagua”, esto fue en agosto, como no tomaba pastillas ni seguíamos ningún método más que guiarnos por mis reglas, ahora regulares, comenzamos en septiembre de 2011 y oh! sorpresa, quedé altiro embarazada.

Volvimos entonces en octubre, fuimos a la primera eco y luego, el mismo día, comencé a sangrar en la noche, como era la madrugada del domingo, me vio de urgencia otro médico en la misma clínica que nos recomendó que a la vuelta del feriado (de Todos los Santos) hablara con mi doctor y que él me explicaría bien que estaba pasando. Llegué con mi doctor el miércoles siguiente y sin pescarme mucho vio la eco y me dijo que mi sangrado era debido a un tipo de patología que se daba “sólo en un 10% de los embarazos”, que era de cuidado y que me iba a la cama, sin siquiera permiso para ir al baño, durante 3 semanas.

Y así, durante todo el primer trimestre, nos pasamos con un susto horrible, tomando hormonas, con sangrado y contracciones y cada vez que iba o lo llamaba era como “ok, tú de nuevo”. Cuando tenía controles, me atendía en 10 minutos o menos, incluso una vez mi marido, metido en un taco, no alcanzó a llegar y él no quiso hacer pasar a otro paciente en vez de mi, cosa que me dio mucha pena y desde luego, me puse a llorar como si fuera lo peor que podría pasar en la vida. Hormonas! Entremedio, me vivía cambiando las horas por sus cesáreas y con cada vez que íbamos, y cada bono gastado, mi desilusión crecía también.

Ya un poco cansada de la situación y tomando en consideración lo caro que saldría tener la guagua en esa clínica, una amiga me recomendó a su ginecólogo, en la Clínica Tabancura que es “preferente” con mi isapre, punto a favor para empezar. Partimos en enero de 2012 a verlo y con casi 20 semanas lo primero que nos dijo fue “y saben lo que es”, no teníamos idea porque este otro doctor nunca quiso decirnos en todas las ecos, que eran semanales, por más que se lo pedía, decía siempre “estamos para otras cosas” y aunque era cierto, para nosotros era algo lindo de saber entre tanto término médico y mediciones.

Así, comenzó una segunda etapa de mi embarazo, más humana, más dedicada, donde el doctor cada vez que nos recibía, a pesar de que teníamos que esperarlo a veces horas, se tomaba todo el tiempo del mundo con nosotros, (porque lo mismo hacía con las otras pacientes, he ahí la espera) miraba nuestra guagua, me hacía las ecos y con él siempre su sonrisa para mi era sinónimo de calma, siempre además me encontró linda, cuando claramente no estaba en mi mejor momento, se preocupaba por mi peso pero sin exagerar y estaba disponible hasta de madrugada ante cualquier duda o emergencia, que como toda mamá primeriza fueron haaartas.

Su nombre? Dr. Eduardo Cartens, o “Don Carter” como fue bautizado por nosotros. 100% recomendado.

Y para ustedes? Cómo fue encontrar al doctor correcto?