La llegada del Conejito de Pascua: Cómo quiero que la conozcan mis hijos
“Mamá yo “quelo” ese huevito y ese otro y ese de princesas y esas orejas…y yo quiero todo, todo”, me dijo mi hija de tres años hace unos días, inmersa en el paraíso de los chocolates y temática relacionada con el Conejo de Pascua del supermercado.
Me costó sacarla de ahí, claro, si yo también estaba fascinada con las góndolas de cientos de chocolates y de decoraciones de esta festividad, y aunque por la ley de etiquetado de alimentos ya no vemos conejos o diseños infantiles, de igual manera estos chocolates atraen y te dan ganas de comprárselos todos a tus hijos.
Y esa es la parte a la que quería llegar; ¿Será tan necesario comprarles el supermercado entero de chocolates? ¿Seré mala mamá si les llevo poquitas cosas y luego veo que todos los otros niños del entorno tuvieron más huevitos y unas canastas hermosas?
Porque pareciera ser que esta festividad de la Pascua de Resurrección es hoy una extensión más de cualquier otra fecha “comercial” y no piensen que soy “una mamá alternativa” y que a mis hijos les doy pasas en vez de chocolates, nada más alejado de la realidad, pero sí me empieza a incomodar el que hoy todo tiene que ser “en grande” cuando se trata de nuestros hijos pequeños y sus celebraciones y no pues, no es la forma ni el fondo de cómo quiero criarlos.
Hasta el año pasado, pasaba semanas comiendo yo todos los chocolates que o compraba, o les llegaban a mis hijos y los kilos demás aún me lo agradecen. Otros años me endeudaba para comprar huevos de chocolates, no había término medio.
Sin embargo, el año pasado tomé una decisión; comencé a pintar cáscaras de huevos con ellos y rellenarlas con chocolatitos más unos cuántos dulces, en partes iguales, escondidos por toda la casa, para juntos tener que buscarlos y luego tomar un rico desayuno y hablar de qué se trata la fecha, sin ser muy religiosos, creo que igual es importante hacerlo.
Este año volveré por lo mismo, quién sabe si con esto estaré formando una nueva tradición familiar, una que celebra lo simple y nos une, o quizás no, quizás el próximo año vuelvan a pedirme el supermercado completo…esperemos que no, aunque como ya saben, en la crianza, nada está escrito en piedra.
Este artículo fue publicado originalmente en la sección de Tendencias x Nosotras donde soy columnista en el diario Hoy x Hoy.