Por: - Mayo 12th, 2016 - Sin Comentarios »

Las 3 preguntas claves a hacer a tu hijo para ayudarle en su buen comportamiento

Separar el comportamiento de la persona, qué difícil es hacer eso, porque lo cierto es que un mal comportamiento en particular no te define a ti como persona adulta y menos, menos, definirá a un niño. Nos acostumbramos en nuestra infancia a escuchar cómo nos etiquetaban, yo en particular era “la desordenada”, la “inquieta y distraída”, y uf, muchas cosas más que dependiendo de la edad y el comportamiento iban apareciendo como nuevas etiquetas.

Me ha costado, como toda madre primeriza, hacer este quiebre y entender que NO es mi hijo un mal niño o mi hija una MALA niña cuando se portan mal, pero el proceso de separar y darles a entender esto, siendo ellos pequeños, ha sido increíble, porque ellos se dan cuenta de que su acción en particular es la cuestionable y no su persona y eso ha mejorado en un 200% el comportamiento, de mi hijo mayor especialmente.

Pero para poder llegar a esto como mamá me he informado y buscado no los “mejores” consejos, sino que los consejos que se acomodan a mi estilo de crianza y a la personalidad de mis hijos. Por esto, para partir en la mejora del comportamiento he aplicado este tip del sitio Proactive Parenting, el cual en términos sencillos, se basa en 3 preguntas a realizar a nuestros niños antes de comenzar a retarlos o enojarnos por un mal comportamiento y que son:

1. ¿Lo que hiciste fue algo amable? No pensemos que va a ser nuestro hijo capaz de razonar y de darnos explicaciones largas y con fundamentos de adulto . La experta tras Proactive Parenting, coach y educadora, Sharon Silver, señala que tan solo hacer ver, a su altura y medida, que lo que hizo no fue amable y un sí o un no tras dar tus razones de por qué no fue bueno, bastan. Ejemplo: “¿Fue amable tirarle el pelo a tu hermana? y tras su respuesta tú modelar la conducta con un sencillo “no, no fue amable, eso a ella le dolió”.

2. ¿Lo que hiciste fue seguro? Para ellos, para su entorno, para otras personas. Hacerles ver la necesidad de cuidarse y de cuidarnos entre todos desde pequeños.

3. ¿Fue respetuoso? Si estamos intentando día a día en criar dentro de un marco de respeto hacia su persona y hacia su individualidad, es de vital ayuda que ellos también entiendan, de forma abstracta, cuál es este tipo de respeto en el que los estás educando. Por eso, ante un mal comportamiento o acción, es imperativo preguntarles si lo que hicieron fue respetuoso para ellos, para los demás o para su entorno. (Por ejemplo, si rompen una planta o le tiran la cola a una mascota).

Estas 3 preguntas dan inicio al proceso de cambio y de enseñanza frente a comportamientos que es importante corregir y educar en nuestros hijos, sin la necesidad de caer en las etiquetas y categorizaciones que son tan malas para los niños.

La autora al respecto es enfática en recalcar que aunque la acción o mal comportamiento sea muy sencilla de etiquetar, como por ejemplo, cuando rompen algo “eres un destructor” o cuando le pegan a otro niño, “eres violento o pesado”, tomar un respiro y pensar en que es ante todo, siempre mejor utilizar palabras y un lenguaje que motive al cambio de conducta y no a la anulación de la acción en particular, lo primero hará que deje de hacerlo y lo segundo, solo hará que en ese momento, lo deje de realizar pero no asegura que no vuelva a pasar. Muy interesante y ya totalmente demostrado en mi caso con mis dos niños.

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