¿Por qué es tan importante la formación de hábitos y rutinas en los niños? El vital aporte del jardín infantil.
Al nacer nuestros hijos, comenzamos a elaborar para ellos una serie de rutinas que van cumpliendo día a día de forma regular y sistemática. Y así, mientras van creciendo, el tener todas estas rutinas les irá permitiendo adquirir hábitos sobre las mismas, pues la sola mantención de la rutina, de forma constante, les entregará seguridad y confianza para ir de a poco realizando estas funciones y luego mantenerlas de por vida.
Al respecto, la Directora de Educación de los Jardines Infantiles y Salas Cuna Vitamina, María Luisa Orellana, es enfática en señalar que para establecer cualquier tipo de rutina, será necesario para nosotros como papás:
Ser sistemáticos en cumplir la rutina que se quiere instaurar. Esto se logra repitiendo las acciones definidas en la misma hora y forma todos los días.
En el momento en el que se está realizando la acción, describir con palabras amigables lo que se está haciendo, explicando por qué es importante hacerlo.
En este sentido, será fundamental entonces el trabajo que realicemos en casa con los niños y luego apoyarnos en el jardín infantil, el que aporta el fortalecimiento de los hábitos en nuestros niños. Tomando como ejemplo el trabajo realizado por los jardines infantiles Vitamina, los que a través del juego en la educación como fundamento de su proyecto educativo, la enseñanza de los hábitos se debe centrar en los siguientes puntos durante la etapa preescolar:
1.Higiene. En el día a día será fundamental acompañar a los niños a realizar su higiene personal y de a poco ir enseñando y motivarlos a que comiencen a realizar estas acciones solitos. Cantarles canciones, motivarlos con el refuerzo positivo y marcarles los tiempos, son factores claves para instaurar esta rutina.
2. Alimentación. Es esencial que los niños aprendan desde muy pequeñitos sobre hábitos saludables de alimentación y el jardín es el mejor aliado que como papás tendremos para este propósito.
En el caso de los jardines Vitamina, se potencia la alimentación saludable y la autonomía de los niños, entregando diariamente alimentos a una hora determinada, y de acuerdo a un orden establecido. Primero se presentan los alimentos que van a consumir, describiendo sus colores y texturas. Luego se les invita a probarlos y a describir su sabor. Así los niños de forma paulatina van generando asociaciones y gracias a una minuta variada y balanceada prueban todo tipo de alimentos saludables que van aprendiendo a comer y a disfrutar.
“Es habitual que los niños del nivel intermedio en adelante ya estén acostumbrados a comer ensaladas, platos de fondo, postre y a utilizar el agua como forma de hidratación, sin embargo es muy probable que la primera vez que probaron algunos de estos alimentos no les haya gustado. La repetición es clave, presentarlos de forma distinta, probar diferentes preparaciones y sobretodo nunca forzar la ingesta de comida porque eso puede generar un afecto contrario al esperado”.
Ivonne Olivares, jefa de nutrición de Vitamina.
3. Orden. Como todas las rutinas, a ordenar se aprende con el ejemplo y una guía, por lo que es recomendable que les mostremos cómo y dónde se ordenan sus juguetes, manteniéndolos en un lugar que esté a su alcance y agrupándolos de acuerdo a categorías que sean claras para ellos. Será importante entonces que en el jardín los niños tengan la oportunidad de ordenar. En este sentido, en la enseñanza de este hábito, los jardines Vitamina, se privilegian los espacios abiertos y ordenados para el juego, donde luego del trabajo de libre elección, se deja el tiempo para ordenar y finalmente comentar lo realizado.
4.Sueño. Si las actividades que se hacen previo a dormir siguen siempre el mismo orden y horarios, los niños podrán identificar fácilmente cuando llego la hora de descansar. Preparar el entorno, bajar el ritmo, preparar la cama, cumplir con los hábitos de higiene, leer un cuento y permitir que los niños puedan elegir un objeto especial para dormir son acciones que facilitan la implementación del hábito.
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5. Vestirse. Lo más importante será modelar la rutina, mostrando cómo se hace y luego estar atentos a cómo ellos lo hacen, sin hacerlo por ellos y acá el jardín es clave, porque las educadoras deben potenciar que los niños desarrollen su autonomía en acciones cotidianas tales como ponerse y sacarse el delantal, abrocharse los botones y amarrarse los cordones, por ejemplo.