Por: - Octubre 30th, 2015 - Sin Comentarios »

Por qué la frase “ya tienes la parejita” no es relevante para mamás de un niño y una niña

nino y nina hermanos

Tener hijos de ambos sexos y que sean solamente dos, invita a la gente a comentar siempre lo mismo: “pero si ya tienes a la parejita”. Para muchos es una suerte de logro o de objetivo cumplido el haber podido conformar una familia de estas características. Sin embargo, y esto lo digo como mamá de una pareja de hermanos hombre y mujer, puede que al saber el género de tu segundo hijo te haya alegrado un poco más de la cuenta, pero en la práctica, no tiene mayor relevancia y en ningún caso es mejor que dos niños de igual sexo. ¿Por qué? A continuación, algunos puntos que lo explican:

1. Tener dos hijos sanos y creciendo acorde a su desarrollo, sean del sexo que sean, es ya lo más importante y el género pasa a segundo plano. Así es, cuando supe que mi segundo hijo sería una niña, obviamente me alegré pero en esa ecografía, la de las 12 semanas, el saber que venía sin problemas y ya estaba bien formado el feto fue lejos lo más trascendente de ese examen, más que la noticia de que era una niña.

2. Tener un hijo de cada sexo a veces es más complejo. A mi hijo mayor, hombre, le cuesta entender a su hermana y su mundo, aunque ella es todavía una guagua y por tanto ha desarrollado aún su parte más “femenina”, me he visto en ocasiones enredada explicando sus diferencias en anatomía y en gustos o en el hecho de que a ella le regalen muñecas y a él no. Odio las clasificaciones de género y que los niños “deben jugar con autos y las niñas no”, pero la sociedad en su conjunto le ha ido mostrando a mi hijo mayor estas diferencias y frente a eso una como mamá tiene una batalla por rendir para mostrarle a los dos, mi niño y mi niña, de que otra realidad es posible.

3. Me preocupa que no sean “complices” como hermanos. Yo tengo una hermana y dos hermanos y creo que todos los que tenemos hermanos de nuestro sexo nos sentimos de alguna manera más unidos y compinches, ahora son muy chicos como para notar si serán así más adelante, pero es también mi trabajo y el de su padre lograr que ellos se conviertan en amigos y hermanos al mismo tiempo y que en todo, siempre se acompañen.

4. Que siempre la niñita “sea la más linda y delicada” y el niñito el “más fuerte y chistoso” y que a cada uno se le atribuyan rasgos según su género, a veces los separa más que unirlos como dupla de hermanos. Hace un tiempo mi hijo mayor me preguntó si él era “tan lindo y delicado como su hermanita”, yo le dije que sí obviamente, respuesta automática casi, pero también le pregunté de vuelta por qué me decía eso, ante lo que él contestó; “es que siempre le dicen eso a la Mayita (su hermana) y a mi no”. Y ¡pucha! qué difícil explicarle que no es así, sino que a veces las personas dicen eso porque están acostumbrados a frases de este tipo, todos lo hacemos, me incluyo, cuando en la práctica cada niño, sin importar su género, tienen los mismos atributos y su hermana y él son iguales.

5. Que el tener la “parejita”, no es tener la familia completa. Por eso, siempre que alguien me dice eso, les respondo; “no, todavía faltan 8 niños más, con 10 la familia estará completa”, así de paso, no me preguntan si tendré un tercero y asunto arreglado.

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