¿Por qué no sales en las fotos? Lo que recordarán tus hijos de ti
“A veces, no reconocemos el valor de un momento, hasta que se convierte en un recuerdo”. Dr. Seuss.
La primera imagen del nacimiento, las primeras sonrisas, el primer paseo, comidas, travesuras, etc. Convertirnos en padres es también convertirnos en testigos de una serie de primeras veces. Momentos únicos, que solo se darán una vez y que tú como madre, serás quien generalmente las documente, a través de una imagen o video que afortunadamente hoy podrás tomar mil veces, eligiendo finalmente aquella que sea tu favorita y la ideal para publicar en tus redes sociales y así compartir con todo tu entorno.
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Y el tiempo avanza, tu hijo crece y cada vez habrán más recuerdos por retratar, pero ¿estás tú en ellos? ¡claro dirás! “Si la foto la tomé yo”, afirmas con seguridad. Sin embargo, esa no es la respuesta a la pregunta antes planteada, ¿estás en la foto? ¿fuiste protagonista o solo testigo del momento? ¡Qué importante es hacernos esa pregunta en nuestro día a día de mamás!
Porque no es “salir o no salir en la foto”. El ser parte, el pedir a otro que te incluya en ese momento, que en vez de grabar o tomarle la foto al papá, seas tú a quien retratan junto a tu hijo, es un acto que va más allá de “aparecer en la imagen”. Estar en la foto significa que ese recuerdo que estás construyendo de tu hijo, es al mismo tiempo un reflejo de tu maternidad, de cómo has ido avanzando y cómo esa hermosa sonrisa que lanza tu guagua al papá o la abuela, antes fue ensayada y practicada mañanas completas por ti jugando al “no ta-ahí ta”.
Por eso, aunque no estés bien peinada, maquillada o con ropa ojalá sin manchas, aunque creas que aún no te recuperas del embarazo y seas tu peor juez en cuanto a tu imagen, nada de eso importará a tu hijo cuando crezca y quiera verse en su infancia.
Él va a querer verte a ti, no a una versión “redes sociales” de ti, va a querer ver a su mamá que no se cambió de ropa porque estuvo todo el día con él en brazos, y esos brazos lo hicieron un adulto más seguro, va a querer ver a esa mamá despeinada, porque con ese pelo él jugaba y le hacía cosquillas y verte en la foto le activará esa memoria emotiva, se emocionará e incluso cuando vea las fotos de una casa desordenada, fotos fuera de foco, fotos que por ningún motivo se publicarían en ninguna parte, esas serán finalmente las mejores fotos, el fiel reflejo de la familia imperfecta, caótica y maravillosa en la que él creció, una donde tú, su mamá, estuvo dentro de ese momento que hoy es un recuerdo.
Este artículo fue publicado originalmente en la sección de Tendencias x Nosotras donde soy columnista en el diario Hoy x Hoy.