Cómo supe que estaba embarazada
Siempre imaginé que el día que supiera que estaba embarazada sería tal como en una película, me enteraría de una manera elegante y luego le regalaría a mi pareja una bolsa de papel y adentro, un chupete o una zapatilla chiquitita, así de cursi.
Bueno, nada de eso ocurrió, lo que si pasó es que el día antes de que supuestamente debería haberme llegado la regla, tuve un Happy Hour con la gente de la oficina, llegamos al bar donde sirven el mojito de maracuyá más rico de todo Santiago y en el momento en que lo pedí, me dio un asco horrible, lo mismo con el cigarro que traté de prender, náusea del terror al instante. Ahí dije “tate, parece que aquí alguien que no soy yo me está diciendo no más parranda”.
Al otro día, la regla no apareció, era jueves, esperé el viernes, nada. De vuelta del trabajo me fui a comprar un test y por si las moscas compré dos, una amiga que fue esa noche a la casa me dijo cuando le conté “tienes una cara de embarazada que no te la sacas”. Me puse más nerviosa y no dormí nada. Al levantarme el sábado, me hice el test y nerviosos con mi marido esperamos, salió negativo, pero la rayita no estaba tan marcada, me digo a mi misma, “te pasaste muchas películas” y prefiero a esperar al lunes, que era feriado para repetir el test.
Llegó el lunes, repito el test, negativo nuevamente pero con las dos rayitas ahí a medio marcar, nada definitivo, de la regla nada. Llega el martes, vuelta al trabajo, ando con rabia por la incertidumbre y el día jueves amanezco sintiéndome mal, con náuseas y mucho dolor de guata, pido hora al ginecólogo que un mes antes me había revisado y me había dicho que estaba lista para tener guagua. Me dan hora para el viernes.
Viernes, espero con mi marido los resultados post visita médica y post sacada de sangre, me avisan de la clínica que estarían a las 6 por Internet, el doctor me dice “me llamas y me los lees”. Llegan las 6, abro el sitio, busco mi clave, veo los resultados, interpreto, tengo casi 6 semanas, llamo a mi marido que venía manejando y casi choca de la emoción, llamo al doctor y me dice “usted está más embarazada que nunca, felicitaciones”. Lloramos ahora juntos con mi marido que llega justo a la casa, nos abrazamos y le digo “comenzó la aventura más linda de nuestras vidas”. Él me mira de vuelta y me dice “Ay Dios, los quiero mucho.”
Eligiendo al ginecólogo correcto