Por: - Mayo 22nd, 2019 - Sin Comentarios »

La difícil inclusión de un hijo visto desde la maternidad

Al quedar embarazada de mi primer hijo, todos me preguntaban si era hombre o mujer, si había sido planificado o no, si estaba muy asustada, tranquila, en fin, miles de preguntas desde todos los frentes y yo, siempre con una mano en la panza, solo pedía que “fuera sanito”.

Y así transcurrieron los meses y en cada ecografía iba nerviosa y los doctores celebraban que efectivamente, venía “sanito”. A las 12 semanas, me indicaron que no tenía ningún tipo de trisomía, a las 20 semanas, que no venía con problemas al corazón o en otro órgano vital que fuera incompatible con la vida. Avanzamos así en un embarazo “sanito.”

Similar situación fue con mi segundo hijo.

Pero, ¿qué sería mi presente como mamá hoy si esta historia tuviera en el segundo párrafo otro giro? Que en una ecografía me hubieran dicho, “sabes, algo pasa con tu guagua, vamos a investigarlo”. Sé que dicen eso porque muchas mamás a través de las redes sociales y mamás que conozco bien me han contado que todo parte por una frase así… “algo pasa”.

Y luego de ese algo pasa, vienen los miedos, el dolor de saber que el “sanito”, que la norma, que lo “normal”, no se cumplirá, que ahora hay que comenzar a acomodarse en otros hitos, en otros logros, hasta llegar a un “nuevo normal”, donde en un núcleo pequeño y contenido, muchas madres comienzan a adaptarse y vivir con un nuevo sueño, con otras esperanzas y con una increíble capacidad de adaptación, donde se deja de lado la queja y el “por qué a mí”, para dar el todo por ese hijo que vino a iluminar un camino diferente.

Lamentablemente, ese camino también se apaga en una sociedad como la nuestra, donde esa mamá, ese papá con su hijo en algún momento salen de esa zona de contención y entran a una diferente, donde su hijo “no cabe”, no “entra” en ningún parámetro para ingresar a un colegio, para hacer algún deporte, o incluso algo tan trivial como ir a un cumpleaños de niños.

De todos depende entonces que fechas que celebran la inclusión y la diferencia se hagan cada vez más patentes, que se abran más los espacios para que realmente se cumpla todo lo que en el papel suena muy bonito, pero que en la práctica, aún de inclusión tiene muy poco.

Este artículo fue publicado originalmente en la sección de Tendencias x Nosotras donde soy columnista en el diario Hoy x Hoy.