Columna Criando Positivo: Criando en pareja
Para los padres, al igual que para las madres, el paso a la paternidad genera ansiedades, preguntas, miedos, además de alegrías y expectativas. Algunos padres tenderán a preocuparse menos porque descansarán en que la madre de la criatura podrá orientar lo que venga, otras parejas, podrán vivirse el proceso en conjunto, otras por separado. Pero para todos es un reto, que también genera un cambio en la relación, que pasa de ser una relación de pareja, de dos, a una relación de pareja, pero además de padres, y ahora son 3.
Surgirán nuevos conflictos: abrigar o no, bañar o no, dejarlo llorar o no (ojalá que no), hacerlo dormir en brazos o no, recibir o no visitas, y muchas otras cotidianidades. Incluso podrán surgir conflictos más profundos como celos, o sentimientos de exclusión, o recriminaciones por expectativas no cumplidas, o por conceptos de familia o de crianza en los que pueden no estar de acuerdo, o simplemente por la falta de sueño, o por la disminución en la atención que se le puede estar dedicando a la pareja en pos de la guagua.
Por lo anterior es importante que las parejas se preparen para este paso. ¿Cómo? Conversen acerca de lo que se viene. ¿Qué esperan el uno del otro? Desde cosas trascendentales, como los valores familiares, hasta cosas rutinarios como: cómo van a organizar la rutina de la casa una vez que llegue la guagua: ¿quién va a ir al supermercado? ¿Cocinar? ¿Recibir a las visitas?, ¿cómo van a organizar las noches? En caso que haya más hermanos: ¿cómo van a dividir el tiempo para dedicarle tiempo exclusivo a los otros hermanos con ambos padres? (juntos o separados). Proyecten la posibilidad real de que el poco tiempo que les quede, lo van a querer dedicar a descansar: será necesario agendar tiempos para dedicarse como pareja. ¿Quién los puede apoyar con los niños para poder darse un tiempo para ustedes?
Es importante también que reconozcan sus miedos e inseguridades para que puedan apoyarse y vivan esta etapa juntos como pareja de padres. De esta forma es más fácil que puedan apoyarse con más fuerza en los temas en que el otro se sienta especialmente inseguro o atemorizado. No debemos olvidar que la falta de sueño, la adaptación a la nueva rutina, la sobre carga de responsabilidades, y probablemente de trabajo, son cosas que generalmente afectan tanto a la madre como al padre, con todo el mal genio y baja de ánimo y de energía que eso que conlleva.
Consecuentemente, es muy importante para todo lo anterior, que trabajen la comunicación, la empatía, y la comprensión. Revisiten constantemente los temas que les parezcan importante, ya que una cosa es para lo que puedan haberse preparado antes de que llegue la guagua, y otra es lo que están viviendo con el bebé en casa.
Intenten mantener un ambiente de tranquilidad en su hogar, ya que las guaguas, no importa cuán pequeñas sean, son capaces de detectar las emociones que los rodean, y requieren sentir un ambiente de seguridad para poder crecer y desarrollarse de forma positiva.
¿Algunos otros consejos? Padres: cooperen en las tareas domésticas, involúcrense activamente en el cuidado de la guagua, permitan que la madre tenga períodos de descanso, comprendan que la madre esté más cansada de lo normal y más enfocada en la guagua que en nada, y por supuesto, con una serie de hormonas decantando en su cuerpo, las que necesitan ser comprendidas, aceptadas, observadas.
Madres: permitan que los hombres se involucren, no traten de abracarlo todo, préstenles atención e involúcrenlo activamente en este proceso, permítanles pasar tiempo con sus hijos, manténgalos al tanto de las cosas que se pierden por no poder estar con ellos tantas horas como ustedes.
Ambos: son una pareja, un equipo, no se recriminen, en su lugar, busquen alternativas de trabajar juntos para lograr el objetivo final que va más allá de la guagua: la familia. Recuerden que estos cambios en la vida cotidiana son normales, son parte del proceso de ser padres, y son una etapa. Luego tendremos que ir adaptándonos a nuevas etapas, con nuevas características, nuevos desafíos, y nuevas maravillas. Analicen los ajustes juntos, busquen el acomodo preciso para su familia, dense los tiempos necesarios para adaptarse, y no se cierre a pedir ayuda a sus cercanos. De ser necesario, considere apoyo profesional.
Columna escrita por Lenka Kegevic, Psicóloga de Criando Positivo.