¿Malcrías a tus hijos? 6 señales para saberlo y tips para dejar de hacerlo
Es difícil no amar a tu hijo y querer ser buena con él o ella (si tienes más de uno), pero algunas veces es más fácil malcriarlos de lo que nos damos cuenta. Cuando eres tú el que cría, es difícil mirar por fuera y observarnos, analizando así nuestras acciones y bueno, ver de paso por qué es que muchas veces o más de alguna vez nos han dicho que nuestro hijo es “malcriado”.
Todos los niños son mañosos en algún momento, de eso qué duda cabe, pero la idea es que esto no se transforme en un problema. No seas inmune a admitir que te has equivocado al malcriarlo. Mientras más te demores en cambiar, más difícil será ver buenos resultados en él, pero nunca es muy tarde.
Acá algunas señales que te ayudarán a ver si estás malcriando a tus hijos y los tips para dejar de hacerlo:
1. Nada es suficiente para él. Esta es una situación típica a la que muchos papás nos hemos visto enfrentados, pareciera ser que nada los hace felices y siempre quieren más, bueno, si esta es tu realidad junto a tus hijos, entonces es mejor dejar de hacer ciertas cosas que los gratifiquen para así darles un valor más especial. Ejemplo: cada vez que van al supermercado tiene que salir con un juguete.
2. No le interesa agradecer y/o pedir por favor. Por más que le enseñes y corrijas, no quiere ser educado, pues bien, lo mejor en estos casos será seguir educándolo en que es necesario decir estas palabras, en que la gratitud por ejemplo, es un valor muy importante en la vida de las personas y utilizar el refuerzo positivo en vez de un reto o amenazas.
3. Demanda cosas en vez de pedirlas. Si esta actitud se está dando frecuentemente con tu hijo, especialmente si ya es más grande, la solución pasará por modificar tu reacción cuando te pida cosas. Así, si por ejemplo él quiere que le prepares algo rico para comer, le pedirás que te lo pida por favor calmadamente, cuando lo haga, entonces tú lo felicitas y van a cocinar juntos y con esto irá aprendiendo a que las cosas pueden hacerse en un espacio más agradable que de demandas y tensión constantes.
4. Llanto instantáneo, la vida es una teleserie. Las emociones infantiles se educan y es parte de nuestro rol estar ahí para enseñarles a los niños esta educación, la cual también pasa por enseñar a los niños a que las cosas pueden pedirse, solucionarse, enfrentarse y vivirse sin tanto drama por delante. Para esto, el refuerzo positivo y conversar, contener en vez de reprimir, funcionan excelente en dejar atrás la postulación a un Oscar por cada llanto en el día.
5. Te gatillan la culpa en un dos por tres. Especialmente si la usan a su favor, y en esto, mientras más permitas que comiencen a utilizar la culpa, tu culpa a su favor, más difícil será el ir cambiando esta forma de relacionarse. Entonces, por ejemplo, si tienes que salir por trabajo, explícale por qué es que vas a trabajar, si sales para estar un rato con tus amigas, también cuéntale por qué, es decir, hazlo parte de tu vida y del por qué haces tal o cuál cosa y el así irá aprendiendo y dejando de lado el llanto cada vez que sales.
6. No le interesa participar, en nada. Salir a jugar, estar con otros niños, realizar alguna actividad o cualquier cosa que involucre compartir con sus pares, a menudo es un gesto de protesta que indica que algo pasa y frente a eso, lo mejor que puedes hacer como mamá es primero observar por qué es que no quiere interactuar y luego desde ahí motivarlo, reforzar positivamente y dar también el ejemplo, si él te ve sociable y participativa de tu comunidad, ese espíritu se irá contagiando.
7. No le interesa ser amable con las personas. La amabilidad, así como también el ser agradecido, se enseñan y depende de ti, de cómo tú también te conduces en la vida y tus relaciones interpersonales, para poder presentárselas a tu hijo y que él sea capaz de llevarlas a su vida. No es tarea fácil pero sin embargo lo hacemos igual, por ende, hay que hacerlas más conscientes y mostrarles un modelo de conducta a imitar. Recuerda que los niños hacen lo que ven.
Y si a pesar de todas las cosas que has puesto en práctica, tu hijo continua teniendo algunas conductas que no son propias de un comportamiento adecuado y autorregulado y que en resumen, está siendo considerado por muchos como el “niño malcriado” detestable e insoportable, entonces, pide consejos a tu comunidad: a tu pediatra, a sus profesores o parvularias, a otras amigas mamás y trabaja en la modificación de la conducta. Se puede!