Por: - Julio 17th, 2019 - Sin Comentarios »

Las vacaciones con niños o cómo (dejar de) girar en torno a ellos

Juntamos la plata, organizamos el panorama, pedimos los permisos correspondientes. Está todo listo y la alegría y voces dulces de mi maternidad realizada se escuchan como trinos de pajarillos colmados de felicidad; “mis niños hermosos, nos vamos unos días de vacaciones de invierno, lo vamos a pasar increíble”.

Las vacaciones parten, en nuestro caso, todos arriba del auto para un viaje de 4 horas. No han pasado ni 10 minutos y adivinen cuál es la primera pregunta que mis dos creaciones realizan, exactamente esa pregunta: “¿Cuánto falta mamá?”. Pregunta que se repetirá hasta gastarse durante las 4 horas de viaje.

Además de las consultas respectivas del viaje, el hambre, el aburrimiento y la sensación de vacío intenso pareciera intensificarse en mis hijos, como si no hubiera escape. Les pido que duerman un rato, pero ellos prefieren pelear. Buena elección me digo a mi misma, yo hacía exactamente lo mismo pero multiplicado por 4 hermanos dentro del auto.

Finalmente llegamos al lugar de vacaciones para todos. Estamos todos enojados, mi voz de pajarillo ha cambiado a una de heavy metal y trato, traaaato por todos los santos de la maternidad de no gritar (tanto), mis hijos se han arrancado y entre el padre de las criaturas y yo bajamos todas las cosas a la cabaña, no sin antes ser empujados por unas carreras locas que me botan el almuerzo que les llevaba preparado. Suspiro, solo suspiro.

Nos reunimos en las cabañas con otra familia con la que coordinamos estos días de “descanso” y mientras intentamos almorzar nos preguntamos entre todos; “¿Cómo lo hacían nuestros papás con nosotros en vacaciones”? o tratamos de recordar cómo eran nuestras vacaciones infantiles. El recuerdo llega al unísono, “nuestros padres simplemente NO-SE-COM-PLI-CA-BAN”. Nosotros en cambio somos los que en esta generación andamos con la culpa encima, esa que nos dice que TIENEN que pasarlo bien, que hay que hacer recuerdos, comprarles cosas ricas para que coman 24/7, en una tierra de nadie sin reglas ni horarios, que hay que entretenerlos y llevarles o llevarlos a cuanta entretención exista.

Porque cómo lo van a pasar mal si son SUS vacaciones. Y mientras analizamos todo esto que no nos habíamos planteado expresamente, pienso ¿Y mis vacaciones? Acá están me respondo, esperando partir, ¿En algún momento llegarán? No pues, no puede ser así. Volvemos a nuestros recuerdos de infancia, nos quedan 3 días de vacaciones, vamos por algunos ajustes, partiendo por tratar todos de pasarlo bien y sí, mandar la culpa un rato también de vacaciones, ojalá sin retorno.

Este artículo fue publicado originalmente en la sección de Tendencias x Nosotras donde soy columnista en el diario Hoy x Hoy.

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