Snacking Consciente: Cómo Fomentar Hábitos Saludables en el Regreso a Clases

Con marzo llegan los útiles nuevos, las mochilas flamantes y, claro, las colaciones. Pero más allá de qué poner en la lonchera, es importante enseñar a los niños a comer con atención y propósito. La alimentación consciente les ayuda a reconocer cuándo tienen hambre de verdad y disfrutar cada bocado, sintiéndose satisfechos y con energía para el día escolar.
Según el estudio de Nielsen “Snack Attack”, el 76% de las personas come snacks para calmar el hambre, pero muchos también los usan para reemplazar comidas principales. Por eso, más que picotear por picotear, los niños deben aprender a escuchar su cuerpo y elegir lo que realmente necesitan. El snackeo consciente ayuda a evitar los excesos y a mantener la energía estable durante la jornada.
¿Y cómo enseñar a snackear conscientemente? Primero, cuidando las porciones: ni mucho, ni poco, lo justo para sentirse satisfechos. Luego, armando colaciones balanceadas, que incluyan frutas, frutos secos, lácteos o cereales integrales. Además, no olvidar la botella de agua para mantenerse hidratados y evitar confundir sed con hambre. Y por último, disfrutar la experiencia: masticar despacio, oler, saborear, sentir las texturas.
Este hábito no se logra de un día para otro, pero se puede comenzar con pasos simples, como dejar que los niños participen en la elección de sus snacks y recordarles que se trata de disfrutar y escuchar al cuerpo. Así, poco a poco, podrán incorporar esta práctica incluso cuando no haya adultos recordándoselo.
El regreso a clases es una gran oportunidad para fomentar el snacking consciente: colaciones ricas, saludables y disfrutadas con atención. Un hábito que no solo los mantendrá llenos de energía, sino también felices y equilibrados para enfrentar el día.