Conociendo el Método Montessori, sus orígenes, bases y aplicación en la educación
¿En qué pensamos o nos preguntamos cuando nos hablan o leemos sobre el método Montessori? En general, se tiende a asumir que es una filosofía, método o estilo de educación y de vida no tradicional y que es “alternativo” o bien que es algo que está “de moda” y no se indaga más al respecto.
No obstante, el mundo Montessori es mucho más que todo lo antes descrito y para poder conocerlo en profundidad y comenzar a sacar lo mejor de él para la educación y crianza de los hijos, hay que partir por presentar a su creadora, María Montessori.
Sobre María Montessori
María Montessori, nacida el 31 de agosto de 1870, fue una educadora, científica, psiquiatra, filósofa, psicóloga y humanista italiana, además de haber sido la primera mujer en graduarse de medicina en la Universidad de Roma.
Mientras trabajaba como directora de una clínica psiquiátrica asociada a la Universidad de Roma y que se especializaba en el cuidado de niños con retrasos mentales, Montessori puso en práctica una propuesta basada en un enfoque más científico de la educación, a través de la observación y experimentación, tomando como base para este enfoque las ideas de sus mentores, pioneros en este tipo de educación, Jean Itard y Edouard Séguin.
El gran logro de la aplicación de su método, fue conseguir que ocho niños de esta clínica aprobaran el examen oficial de aptitud en lectura y escritura para niños normales de su misma edad. Lo que muchos consideraron “un milagro”, para Montessori fue una señal de alarma y al respecto reflexionó:
“En tanto que todo el mundo admiraba el progreso de mis niños discapacitados, yo buscaba las razones que mantenían a los niños de las escuelas comunes y corrientes en un nivel tan bajo, ¡que podían ser igualados en los exámenes de inteligencia por mis desafortunados alumnos! Llegué a convencerme de que métodos similares aplicados a niños normales, desarrollarían o liberarían su personalidad en una forma sorprendente y maravillosa.”
Es a partir de este hecho significativo que para María Montessori nace una nueva pasión, cambiando la medicina por la filosofía, la psicología, la educación y la antropología. Todas estas nuevas disciplinas las puso en práctica años más tarde de su primera experiencia en la clínica psiquiátrica, esta vez en su propio jardín infantil o guardería para niños de 2 a 6 años, la Casa dei Bambini (Casa de los niños), ubicado en el empobrecido barrio de San Lorenzo en Roma y donde era muy difícil que los niños, hijos de padres analfabetos en su mayoría, fueran a clases.
Los inicios de la aplicación del Método Montessori
El sitio de la Fundación Montessori describe el primer jardín Montessori:
“María Montessori preparó un ambiente limpio, espacioso, ordenado, luminoso y trajo materiales que había usado en sus trabajos de psicología experimental para observar la reacción de los niños. En base a estas observaciones desarrolló nuevos materiales. Gradualmente observó una transformación en esos niños.
En medio del abandono físico y afectivo en el que se encontraban, aquellos niños comenzaron a escribir y a leer sin intervención directa de ningún adulto, trabajaban sin interrupción ni obligación y no necesitaban ser disciplinados por nadie. El cambio en el comportamiento de los niños se trasladó también en sus casas, donde los niños buscaban reproducir el ambiente ordenado y limpio que tan felices los hacía en la guardería. El éxito de la primera escuela Montessori despertó gran interés por el Método Montessori en todo el mundo.”
Con el éxito de la puesta en marcha del método Montessorí, su creadora sentó las bases del mismo. Algunos principios de la Educación Montessori respaldados por la investigación científica (Montessori. The Science Behind de Genius, Angeline Stoll Lillard, 2005, Oxford University Press)
1. Pensamiento y movimiento: el pensamiento y el movimiento están estrechamente ligados. El movimiento potencia el pensamiento y el aprendizaje.
2. Libre elección: el aprendizaje y el bienestar mejoran cuando las personas sienten que tienen control sobre sus vidas. Se desarrollan la independencia, la voluntad y la responsabilidad.
3. Interés: el niño aprende mejor cuando está interesado en lo que está aprendiendo. Ayuda a la comprensión y la concentración.
4. La recompensa es interna: la realización del error y la sensación de logro son internas. Contribuye a la autoestima, al sentido de responsabilidad y al pensamiento crítico.
5. Aprendiendo de y con los pares: el aprendizaje se potencia con el ejercicio de enseñarle a otros. Promueve el respeto, la tolerancia y la solidaridad.
6. Aprendiendo dentro del contexto: el aprendizaje situado en contexto significativo es más profundo y rico que el aprendizaje en un contexto abstracto.
7. Interacción maestro / alumno: el maestro observa y acompaña, posibilita al niño actuar, querer y pensar por sí mismo, ayudándolo a desarrollar confianza y disciplina interior.
8. Orden en el ambiente y en la mente: el orden externo y la secuencia en el uso de materiales son beneficiosos para el orden interno del niño. Promueve la claridad de pensamiento y la concentración.
Del método a la educación Montessori
Con el paso de los años y la difusión del Método Montessori para la educación, María Montessori publicó su primer libro y comenzó una gira por el mundo, incluyendo una visita a Argentina en 1926.
En 1929 fundó la Association Montessori Internationale (AMI) para preservar la integridad de su legado y el continúo desarrollo de su método aplicado a la educación, que permitiera seguir reconociendo al niño con su enorme potencial físico e intelectual como un milagro que debe ser atesorado, “porque la educación desde el comienzo de la vida podría cambiar verdaderamente el presente y futuro de la sociedad. Tenemos que tener claro, eso sí, que el desarrollo del potencial humano no está determinado por nosotros”, señalaba enfáticamente en uno de sus tantos discursos.
Es por esto que como mencionamos en un principio, es fundamental dentro de esta filosofía, que entendamos que cada niño es distinto del otro, que cada uno debe ser entendido como una persona única, que aprende y comprende a su propio ritmo, uno donde se le deja deja explorar mientras se le entregan las herramientas para generar autonomía y responsabilidad desde que son pequeños. Esto último es fundamental ya que Montessori busca que la educación sea:
• Una educación basada en la cooperación y no la competencia
• Una educación basada en el respeto y no en el poder
• Una educación basada en el amor y no el odio
• Una educación basada en la voluntad y no en el castigo
• Una educación basada en la obediencia a nosotros mismos y no a los demás
• Una educación basada en la valentía y no en el miedo
• Una educación basada en la confianza y no en la imposición
• Una educación basada en la libertad y no en la opresión
• Una educación basada en los intereses del niño y no en los de los demás
• Una educación basada en la paz y no en el conflicto
El método Montessori y la educación basada en él, ha permanecido desde hace más de un siglo en diferentes ciudades de Europa, particularmente, aquellas donde vivió María Montessori y hasta hoy se ha mantenido vigente y sin modificaciones, siendo adaptado y puesto en práctica en miles de colegios Montessori en todo el mundo y también en algunos colegios tradicionales, además de ser adaptada su filosofía por muchos padres que buscan dar otro sentido a la crianza de sus niños.
Escrito en colaboración junto a Camila Puentes Pérez, Psicopedagoga Licenciada en Educación, Certificada en Educación Montessori en la Primera Infancia 0 a 3 años)