Octubre, mes del cáncer de mama y una historia que se está escribiendo: Fabiola y su cáncer a los 25 años
¡Hola! Mi nombre es Fabiola, tengo 25 años y desde abril saqué la carta que nadie quiere: cáncer de mama.
He participado en este blog hace un par de semanas como Psicóloga infanto-juvenil, y en vista de que estamos en un mes donde el Cáncer de Mama se vuelve protagónico, me atreví gracias al impulso de Daniela, Directora de este Blog, a contar mi historia.
No mucha gente sabe en lo que estoy, y tampoco pensaba hacerlo público. No por miedo al “qué dirán” sino porque no quería que gente que nunca estuvo se enterara. Pero hoy pienso diferente ¡y vamos por devolver un poco todo el aprendizaje!
Mi objetivo no es contarte lo que ya sabes, ni la historia que has leído mil veces de “uno nunca sabe hasta que le toca”. Quiero hablar por todas las mujeres que estamos pasando o hemos pasado por un cáncer de mama, con que logremos que UNA mujer al año aprenda lo que nosotras no vimos en su momento, nuestra misión se cumple.
Hoy no quiero hablar de lucha ni de la batalla contra el cáncer, porque eso significa ganar o perder. Quiero hablar de la experiencia de vivir un cáncer y de cómo no puedes hablar de perder porque nadie quiere perder esta partida. Nadie quiso esto para sí mismo y es injusto decirle a alguien que se zambulló en la experiencia de intentar vivir, que perdió. Además, que siempre algo se gana, independiente del resultado. Como dijo Ghandi: “Vive como si fueras a morir mañana, aprende como si fueras a vivir siempre”. Algo aprendes igual.
Quiero contarte brevemente lo que se vive cuando ya tienes esta carta en la mano, cuando ya te pegaste el “alcachofazo” de que la vida es efímera, es frágil, y que nada de lo que tienes hoy está asegurado para mañana, pero nada de verdad. Quiero contarte cómo es tratar de “amigarse” con el cáncer, y aceptarlo, tomarlo de la mano y caminar juntos. No como algo que te define, si no como una tarjetita que te recuerda con 100% de efectividad lo efímero de la vida.
Resumo cómo llegué hasta aquí: en diciembre de 2015 sentí en mi pechuga izquierda una dureza en la parte superior, y como tengo las pechugas chicas sabía que no estaba antes. Fui a ver a mi ginecólogo en diciembre y me dijo que no me preocupara. No era nada. Volví en febrero de 2016 porque algo sentía que no estaba bien y me repitió lo mismo. Recuerdo exactamente la conversación “doctor ¿Es un tumor, puede ser cáncer? Porque esto no está bien… “No Fabiola, quédate tranquila, NO ES CÁNCER”.
Feliz me fui hasta que se me ocurrió pedir una segunda opinión en marzo porque mi sexto sentido me decía que esta cosa no estaba bien, y ¡Tarán! Después de mamografía, ecotomografía mamaria y biopsia el 13 de abril del 2016, me entero que es cáncer y que tengo un tumor de 4 cms. en mi pechuga izquierda. Tras pasar por comité de médicos, me instalan un catéter que va bajo la piel y me indican inicio quimioterapia para achicarlo. 6 ciclos cada 21 días. Pánico.
Desde los resultados de mi biopsia a la quimioterapia pasaron 15 días. Sin posibilidad alguna de digerir lo que estaba pasando. Te hablan de que el pelo se te va a caer, que tu cuerpo sufrirá cambios, y la muerte la sientes cerca, no sabes qué va a pasar y toda mi vida, mi trabajo, mis ilusiones, mis sueños y planes se quedaron de la noche a la mañana sin piedad paralizados hasta nuevo aviso con un cartelito de “Cerrado hasta nuevo aviso por una carta que feliz devuelvo”.
En esos momentos la muerte la sientes tan cerca que te aferras con uñas y dientes a lo que sea, a lo que venga, al dolor que sea, a los pinchazos que sean, todo sea por vivir, por alargar la vida con tus seres amados lo que más puedas ¿Si me pregunté por qué a mí, si me enojé con Dios? Lo intenté, pero no pude, creo que fue al revés incluso, me aferré con más garras a toda la fe posible. Sólo pensaba ¿Por qué NO a mí? y ¿Para qué? ¡Tenía que haber un para qué! Quizás estar contando esto aquí es un motivo… Debe haber muchos otros más grandes que yo, que es posible no sea capaz de ver.
Entre toda esta vorágine traumática de cuando te dicen que tienes cáncer se agrega todo otro mundo extrañamente paradójico y que lo esperaba pero no en esa magnitud: un universo de amor infinito del que no tenía consciencia hasta ahora. El amor que llegó y llega todos los días es tan grande que no lo puedo poner en palabras. Vivo en Puerto Varas, y me extendería mucho si nombro a las personas en mi camino que lo han iluminado, pero mi familia, mi pololo, mis amigos que viajan constantemente desde el principio para acompañarme, el equipo médico que me lleva de la mano, la gente de la farmacia que me ve siempre, mi psicóloga y mucha otra gente de la que yo no tengo consciencia directa pero sé que están, han sido los responsables de mi fuerza hoy, de la fuerza que tengo para contarte estas cosas.
Te invito a ti, persona que conoces a alguien pasando por esto o a otro que tenga un familiar con cáncer que no los inundes con los datos de “curas milagrosas”, no los llenes de recetas de jugos, tés, rituales, etc. Porque confunde. Sabemos que es con todo el amor del mundo, pero no ayuda.
¿Qué nos ayuda? Que nos trates con normalidad, que no nos mires en la calle si no nos vas a sonreír, ofrece tu ayuda para ir a hacer aseo, a cocinar, lleva una película, pasa a buscarnos para ir a dar una vuelta, ofrécete para hacer algún mandado, ayuda a cuidar a los hijos o al menos pasarlos a buscar al colegio, no sabes el agradecimiento que obtendrás.
Si no sabes qué decir, con un abrazo en silencio, con un sincero “no sé qué decir, sólo cuentas conmigo” nos basta y sobra. Háblanos en la calle, pregúntanos en qué estamos, te responderemos si tenemos las ganas de hacerlo. No te enojes si no respondemos o si no tomamos tus ofrecimientos, no es que no te amemos, es que respondemos 20 veces al día preguntas de ¿cómo te sientes? o algunas veces simplemente queremos estar en soledad y ¡por favor! (Sé que si pasaste o estás pasando por esto te reirás) NO NOS PREGUNTES COMO ESTAMOS DE ÁNIMO, porque es una pregunta que derechamente te lleva al mal genio. Las personas que estamos con cáncer pasamos por diferentes estados de ánimo, a veces estamos alegres, llenos de fuerza y otras necesitamos apoyo emocional. Como todos los seres humanos del mundo finalmente.
Yo continúo mi camino, sigo en tratamiento, espero recuperar mi vida, volver al trabajo, cumplir mis sueños de recorrer Europa y Nueva York algún día, seguir aportando a la humanidad y disfrutar la vida. Conocerme y seguir creciendo. De momento me queda camino, aún no me opero tampoco, por lo que me queda trayecto.
En la búsqueda de darle un sentido y una utilidad a todo esto, armé un blog, Pechuga Cancerígena, donde voy documentando experiencias, entregando tips de pañuelos, entre otras cosas con el objetivo de que le sirva a alguien.
Si tienes Cáncer o si conoces a alguien que necesita apoyo, hay un grupo en Facebook creado por tremendas mujeres con las cuales nos acompañamos todos los días, en las penas y en los buenos momentos
Algunas están empezando este camino, otras estamos en la mitad, otras ya terminaron y están muy bien. Puedes contactarme en forellanamoraga@gmail.com y feliz te doy las indicaciones para acceder. Somos de todo Chile y de todas las edades Aprovecho de mencionarlas también porque son súper mujeres, valientísimas, muchas con hijos y que están atravesando por esto.
Por último, mi profunda admiración si te sobrepusiste a esto. Quiero honrar también a las personas que han fallecido y a sus familias, estoy segura que el camino recorrido fue sumamente difícil, lamentablemente aún no tenemos la cura en nuestras manos, sería maravilloso que así fuera.
Si estás sanita, por favor ¡mujer! Yo tengo 25 y conozco a otras mujeres jóvenes que estamos pasando por lo mismo cuando nunca nos imaginamos tener esto a los 20.
¡Revísate TODOS los días en la ducha! Pero haz caso, no seas porfiada ni cabeza dura. Pega un papel en el baño, una alarma en el celular, lo que sea. Mientras antes lo pillas antes te sacas el cáncer. Si una opinión médica no te deja conforme pide TODAS las que necesites hasta que TÚ quedes tranquila.
Y por sobre todo ama, ámate a ti en primer lugar, ama a tu familia, aprovecha el tiempo, sé feliz.
Por Fabiola Orellana.
Nota de Momimom: ¡Gracias Fabi por contarnos tu historia, gracias por cruzarte en mi camino y en el de todos los que te conocen o que ahora están leyéndote.