Por qué dejé de ver noticias
Esta reflexión, decisión o pensamiento es algo que he conversado con muchos amigos que hoy, tal como yo, siendo padres han decidido lo mismo.
Hace un tiempo, casi un año, dejé de ver noticias, algo que hacíamos con mi marido todas las noches, sagradamente mientras tomábamos once tras un largo día de trabajo. Al principio, el dejar de ver noticias fue un hecho obligado porque a esa hora alguno de los dos estaba haciendo dormir a nuestro primer retoño, todo un ritual para ese entonces que incluía cuentos, canciones y estar con él hasta dos horas esperando a que se durmiera.
A medida que ha pasado el tiempo, la hora de las noticias se ha ido cambiando a la hora de la “Dra.Juguetes” o los “Piyanimales” y si no estamos viendo esos programas, porque mi hijo mayor ya está durmiendo, nos encontramos preocupándonos de la segunda guagua de la casa.
Sin embargo, independiente de estos factores, el no ver noticias se ha ido transformando también en una decisión. Recuerdo en mis dos embarazos haber leído o visto horrendos crímenes de niños o de mujeres embarazadas y por supuesto que eso en la noche me dejaba sin poder dormir y si además sumamos a esta información mi alto sentido de la catástrofe o como dice mi mejor amiga “mi catastrófica e imaginativa personalidad”, entonces sólo saber de estas noticias o de otras donde se hable de lo mal que está la sociedad, de robos, delitos, muertes y demases, simplemente me deja mal, asustada y pensando todo el santo día en que a mis hijos les va a pasar algo horrible o a mi o a mi entorno, y uf! podría seguir.
Por eso, no ver noticias es por estos días un acto de tranquilidad mental, no se trata de tapar el sol con un dedo, porque el mundo sigue siendo mundo y las cosas malas siguen pasando, se trata más bien de vivir con un poco menos de información.
Este derecho a la “no información” que estoy ejerciendo es selectivo porque sé de todo lo que está pasando a nivel político y social pero evito leer y ver acerca de temas violentos porque me inundo de miedos en esta novata maternidad, de hecho he ido bloqueando a algunos amigos en mis redes sociales que piensan que trabajan en el diario y les encanta publicar o comentar sobre noticias terribles.
Y es que finalmente creo que mientras estemos en esta etapa de temprana crianza, con dos niños chicos, prefiero estar en este ambiente un poco menos desinformado, un poco menos descontaminado y quizás hasta positivo, donde cada noche no me encuentro con puras desgracias y vivimos todos un poco más felices y en calma, lejos del sobrecargado mundo de la maldad y la “infoxicación” de los medios de comunicación y sus pautas noticiosas del terror.