¿Qué rol cumple la matrona en nuestro embarazo y puerperio?

matrona y mama

Embarazada de mi primer hijo, fui a visitar a una amiga a su casa para conocer a su guagua recién nacida, ahí me encontré a su matrona, que estaba controlando la primera semana de su hijo y yo sorprendida, le pregunté si con todas las matronas era igual. Mi amiga entonces me contó acerca de la increíble experiencia con su matrona, que la conoció desde la semana 33 y que la acompañó hasta más allá de nacida la guagua, fue a su casa, le enseñó técnicas de lactancia, a bañarlo, a cambiarlo y a hacerlo dormir. Yo quería lo mismo y pensé que viviría también esa experiencia.

Lamentablemente, la clínica donde tuve a mis hijos no tenía incorporado este tipo de servicio y bueno, no me quedó otra más que aceptar las condiciones. Comprendí así que este tipo de trabajo va en conjunto con un proyecto o plan del servicio de maternidad de las clínicas y/o hospitales.

Y si bien tuve la opción de haber trabajado con una matrona externa, el plan tomado con mi isapre se me hubiese desarmado con el famoso pack preferente y todos sus enredos de prestaciones que al parecer vienen en clave morse con un código que lo descifra la NASA. Hoy, conociendo un poco más acerca del rol que cumplen las matronas en nuestros partos, creo que lo haría de todas maneras de forma diferente, puesto que lejos, uno de los cambios y fluctuaciones más importantes que vivenciamos como mujeres es sin duda el ciclo de embarazo y parto, así como el convertirnos en madres.

Y es que no importa cuántos hijos tengamos, siempre será un nuevo comienzo y un partir de cero. Durante el embarazo, parto y puerperio emocional las mujeres estamos absolutamente vulnerables en lo emocional, somos tan frágiles como el bebé que llevamos dentro, esta fragilidad emocional nos lleva a veces a presentar dificultades o a no sentirnos a la altura de las circunstancias, alterándose absolutamente nuestra capacidad de maternar y de encajar en nuestro nuevo rol.

Por lo mismo, es vital contar con un profesional como la matrona, que te ayude en el embarazo, esté para resolver dudas y todas esas preguntas que puedas considerar “tontas de hacer” pero que de tontas ¡no tienen nada!

Tenerla además contigo en el parto, que te acompañe y te enseñe y guíe por todo el proceso y luego, más que nunca en esos días de hospitalización post parto, permanezca a tu lado. Precisamente porque es en este momento donde más necesitamos contención, una red de apoyo que parte en el espacio en donde nace nuestro hijo. En resumen, la matrona es la primera contención que tenemos junto con el equipo médico que nos atiende.

La matrona además, pasa a ser durante estos días la figura más importante de autoridad, es a ella a la que le preguntamos todo lo que no le preguntamos a nuestro ginecólogo, es a ella a la que le lloramos cuando la lactancia se va cuesta arriba, es ella la que nos enseña a tomar a la guagua, a ponerla en el pecho, a calmarla, la que nos pregunta cómo estamos emocionalmente después de todo lo que hemos vivido, etc.

La matrona es como nuestra mamá pero vestida de “mamá profesional con infinitos conocimientos y capacidades” y por ello es que cuando hemos vivido una bonita y enriquecedora experiencia con nuestra matrona, el parto se recuerda diferente.

Me pasó a mi, tuve una buena y otra no tan buena experiencia y me quedó con lo bueno obviamente, con la matrona que atendió mi segundo parto, la que me pasó la luz infraroja para ayudarme con mis pechugas adoloridas, la que me abrazó por largo rato cuando le dije que no sabía cómo diablos lo haría ahora con 2 niños, la que me tomó la mano en mi cesárea mientras me hacía cariño con la otra en mi espalda, para que la sintiera, porque me desesperé al no sentir mi respiración con la anestesia.

La matrona es el pilar en nuestro parto y por lo mismo es fundamental que antes de tener a tu hijo preguntes cómo funcionan dentro del ecosistema de la clínica o el hospital, aclarando puntos tan importantes como:

1. En qué semana la conocerás.
2. Si ella te hará controles.
3. Si ella llegará contigo hasta el día del parto.
4. Saber sus opiniones respecto a tu idea del parto o maternidad (por ejemplo, si no quieres tener un parto vaginal o dar pecho, que ella pueda comprender tus razones y apoyarte)
5. Saber hasta dónde te acompañará, es decir, si seguirá contigo en tu puerperio.
6. Una vez que se conocen, conversar y sentirte cómoda con ella, sino es así, ver si puedes seguir con otra matrona o bien traer tú una, pagándola aparte.