Momimom

Desde que soy mamá, se han ido amigas y han llegado otras, desde que soy mamá, amigas con las que pensé que teníamos mucho en común resultó que en la crianza y en el ir creciendo como mamás ya no éramos tan parecidas, desde que soy mamá he hecho nuevas amigas, todas en diferentes contextos que acá les presento:

Están las amigas con las que compartimos el trabajo, las amigas madres que han llegado para quedarse en mi vida y juntas avanzar en la crianza y también he pasado por épocas en las que me he sentido muy sola porque a veces las amistades ya no es tan fácil mantenerlas o simplemente porque la vida va pasando y uno no es un árbol para ser siempre igual o bien porque cuesta no más.

Así es como me he ido dando cuenta de que tener amigas en esta etapa de la vida no es fácil. Ya no tienes ni el tiempo ni la dedicación para darles, pasan días en que a veces ni siquiera te comunicas con ellas, pasan semanas en que probablemente el whatsapp sea la única manera de mantenerte conectada con tus amigas, y aún así, se sienten muy cerca, porque habrán muchos días en que no saldrás ni siquiera de tu pieza con tu guagua, y saber que en otro lado hay otra persona pasando por lo mismo, reconforta y los lazos se crean de igual manera.

Y aunque digan eso de que “no se puede hacer viejos nuevos amigos”, la maternidad me ha dado a mi esa maravillosa posibilidad y hoy tengo varias nuevas viejas amigas, además de mi gran gran amiga de siempre, de ella y de nuestra amistad he aprendido a tener el referente de lo que es una “amiga-mamá”, una amiga que no te juzga, que nunca te va a “criticar pero en buena sí”, que entiende que esto de ser madre muchas veces no es nada fácil, ciertamente no lo es.

No obstante, saber que estamos ahí para apoyarnos, para juntarnos y entre gritos y carreras de los niños tratar de conversar…para ayudarnos a ser mejores personas y por sobre todo, mejores madres. Esas, esas son las amigas para toda la vida.