7 señales de sobreprotección a los hijos
¿Cómo saber si estamos sobreprotegiendo a nuestros niños? Difícil pregunta, muy compleja de responder, porque ante nuestros ojos, nunca estaremos haciendo nada para perjudicarlos. Sin embargo, en esas acciones del día a día, podemos estar sobreprotegiéndolos. Acá las 7 señales de acuerdo al reconocido sitio Parents.com:
7 señales de sobreprotección a los hijos
1.Halagarlos demasiado. Es importante que los niños desde muy chicos tengan siempre de nuestra parte el refuerzo positivo y que reconozcamos los logros, grandes o pequeños, que van alcanzando. No obstante, en la medida en que van creciendo, puede pasar que se establece una comunicación con los hijos donde los halagos y las recompensas parecieran ser la única forma de relacionarte con ellos y todo es un constante halago, entonces no dejamos el espacio para que ellos busquen el reconocimiento y se sientan realmente seguros de que el logro alcanzado es muy significativo.
2.Ofrecer demasiadas recompensas materiales. Esto es similar al primer error pero en vez de halagar verbalmente, pareciera ser que nada de lo que hagan tus hijos pudiera ser sin premios, o que para que logren hacer algo, lo único que los motiva es una recompensa material y eso está directamente configurado por nosotros, no por ellos, que no tenían idea de lo que era una recompensa antes de que se las propusiéramos.
3. Tener bajas expectativas sobre ellos. Pensar que no pueden hacer algo por si solos porque son “muy chicos” o porque “para qué si yo puedo ayudarles”, es subestimar de lo qué son capaces y con ellos, crear bajas expectativas y sobreprotegerlos finalmente.
4. No darles responsabilidades y tareas acordes a su edad. Los niños tienen que comenzar a tener ciertas responsabilidades desde muy chicos, no se trata de que ordenen toda la casa pero sí por ejemplo, sus juguetes y en la medida en que no le pidas responsabilidades, menos sabrá cómo afrontarlas en el futuro.
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5. Dices las cosas una y mil veces y aún así no te hacen caso. Y acá es entonces donde nos preguntamos si seremos nosotros el problema o ellos. ¿Qué será?
6. Estás constantemente ayudándolos sin que ellos te lo hayan pedido. Los niños quieren y lo piden todo el día, hacer cosas por si mismos y como padres a veces no los dejamos, por miedo, porque pensamos que no podrán o porque para qué si uno puede ayudarlos. Pasa entonces algo similar como con tener bajas expectativas sobre ellos.
7. Tratas de que no cometan ningún error. Estar involucrado en la vida de tu hijo no significa que los tengas que sobreproteger en todo momento de sus vidas e impedir que alguna vez cometan un error. Qué ganas dan de decirles que ya sabes cómo serán las cosas, pero no es lo ideal. Debe haber un justo balance sin extremos, porque dejar que todo lo hagan solos tampoco es involucrarse en su crianza.
“No es lo que tú haces por tus hijos, es lo que les enseñas a hacer por si mismos lo que que cuenta en su crianza”.