Dolor de espalda, cuello y brazos: Las dolencias físicas más comunes en el post parto y cómo tratarlas

Muchas mamás tras el post parto comienzan a experimentar una serie de molestias de tipo músculo-esqueléticas que día a día, si no son tratadas, van aumentando en su intensidad y grado de lesión, convirtiendo un dolor mínimo en un dolor constante que se transforma finalmente en un problema que afecta su estado de salud general y que puede ser complicado también para el cuidado de su hijo.

Este tipo de lesiones y dolencias, que son más recurrentes en la zona de la columna, brazos, hombros y manos de la mamá tras el parto y los primeros meses junto a su hijo, pueden ser provocadas por el embarazo o bien desarrolladas tras el parto. Según señala la kinesióloga especialista en embarazo y post parto, Daniela Schröder, se estima que aproximadamente un 20% de las mamás presentan dolencias post parto que se relacionan previamente con molestias presentadas durante el embarazo, el 80% restante del universo que ella trata habitualmente, consultan por problemas generados tras el embarazo y que se relacionan directamente con el cuidado diario de sus hijos.

Clasificando entonces, la kinesióloga de Materna Kinesiología Pre y Post parto, establece 3 tipos de etapas donde se manifiestan este tipo de cuadros:

1. Dolencias del post parto inmediato. Producidas por el tipo de parto, entre las que destacan, por ejemplo, partos vaginales que dejaron algún tipo de secuela de corto plazo y que provocan posturas inadecuadas que sobrecargan partes del cuerpo. O bien cesáreas que al molestar en la zona abdominal, van produciendo dolores de espalda y hombros, relacionados con la forma en la que la mamá se incorpora de la cama o se acomoda para que no molesten los puntos.

2. Dolencias lumbopélvicas del embarazo. Si durante el embarazo se presentaron dolencias en la zona lumbopelvica, existe una alta probabilidad de que estas se prolonguen o vuelvan a presentarse en el post parto.

3. Dolencias adquiridas en el postparto los 3 primeros meses. Acá pueden darse diversas situaciones, que tienen directa relación con todo lo que hacemos en el día a día con nuestro bebé. Encontramos por ejemplo, dolencias lumbares por amamantar, que se originan en la zona del cuello, los hombros y en el antebrazo, por adoptar una mala posición al amamantar o tender a tomar al bebé con un solo brazo, apoyando todo su peso en una sola parte de la extremidad.

También pueden darse condiciones de dolor relacionadas con el tomar al bebé o cargarlo de forma inadecuada, destacando la tenosenovitis de Querbain o también llamada tendinitis de la lactancia, esto porque al cargar al bebé, las manos se tensan en la zona del abductor del pulgar, alejándose de la línea media de la mano y provocando la inflamación del tendón del músculo del pulgar.

¿Y cómo reconocer un problema en la zona lumbar y en extremidades superiores?

La fisioterapeuta Schröder, establece algunas señales que son claves para reconocer cuando la mamá está en presencia de algún cuadro doloroso en el área músculoesquelética:

1.Que sea constante
2.Que vaya en aumento
3.Que afecte las actividades cotidianas
4.Que altere la calidad del sueño de la madre (más allá de las alteraciones propias relacionadas al cuidado de un lactante menor)

¿Se pueden prevenir estas dolencias y cuáles son los tratamientos adecuados según el grado o zona?

La mejor forma de prevenir este tipo de dolores es tener una buena postura tanto en actividades pasivas como activas y utilizar ciertas estrategias o ayudas para ambas actividades, siendo actividades pasivas las posturas que se asumen como estáticas (amamantar, hacer dormir) y actividades activas las relacionadas con la carga del niño, andar con él, jugar, etc.

A continuación, algunos tips de prevención:

1. Al agacharse a tomar al bebé en bloques. Procurar apoyar una pierna al tomar al bebé y luego levantarse ejerciendo el impulso a través del abdomen.

2. Al levantar al niño o bebé. Agacharse flectando las rodillas y al momento de ponerse de pie, apoyarse en algún mueble, contraer el abdomen y con la fuerza que se genera levantar la columna, ayudándose siempre con las piernas.

3. Al llevarlo en brazos. Lo ideal recomienda la profesional de la kinesiología, es buscar ayuda en este punto, utilizando estratégicamente un portabebés ergonómico, que ayude con una buena tela y sujeción a distribuir el peso del bebé, para así no ejercer una sobrecarga de la zona lumbar al distribuir de forma correcta el peso del bebé en el cuerpo de la mamá, favoreciendo también la seguridad del bebé al liberar los miembros superiores de la mamá que puede generar tendinitis de diferentes músculos de los brazos por sobrecarga generalizada.

4. Al amamantar. Adecuar la postura y ayudarse siempre del cojin de lactancia, una clave es buscar el apoyo y sentirse cómoda apoyando el codo y antebrazo (afirmarse en sillas, cojines), columna y adaptarse a las demandas del medio y del bebé y “siempre tener conciencia de ti, si uno como mamá no está al 100% no lo pasará bien realizando la lactancia y no debe doler”, acota la especialista.

¿Y si el dolor prevalece? Pasos a seguir:

Si la dolencia prevalece, es importante realizar una visita al traumatólogo para que se realice la evolución más especifica y se pesquise la real raíz del problema, puntualiza Schröder. Con ello, se busca descartar que sea algún problema más grave y de esta manera será óptima la correcta derivación a un tratamiento kinésico adecuado y específico para la dolencia a tratar.

Contenido generado y publicado originalmente para Ergobaby Chile. Puedes encontrar los mejores portabebés ergonómicos del mercado en su sitio web: www.ergobaby.cl

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